Como sabréis ya estoy en España, llegué el domingo 13 de Junio, si, hace ya un mes, pero es que no he tenido tiempo para escribir nada de nada.
El final de la estancia en California fue increíble. El miércoles antes de marcharme invité a comer a la familia con la que vivía a un restaurante allí cerca de casa, fue una comida sencillita, unos sandwiches muy finos y naturales. El jueves mis compañeros de clase me llevaron a cenar. Probé la auténtica barbacoa americana, y he de decir que no me gustó demasiado aunque la experiencia será inolvidable.
El viernes por la tarde fue el acto de graduación de los alumnos de 2º curso, un acto sencillo y bonito donde me regalaron una camiseta del programa de estudios y me dijeron que yo era el "graduado honorífico", fue genial. Por la noche me fui a cenar con mis amigos Fabiola y Toni a un lugar que solíamos frecuentar donde me tomé mi última hamburguesa americana y brindamos por nuestro futuro. Al llegar a casa, mi familia califroniana me había escrito unas cartas y notas y me dejaron un regalo en la puerta de mi habitación, una sudadera de la Universidad de California. Han sido realmente generosos y buenos conmigo durante todo el año, he tenido muchísima suerte al conocerles y al convivir con ellos durante todo este tiempo.
El sábado a las 4 de la mañana Fabiola y Toni pasaron a recogerme por mi casa y me llevaron al aeropuerto. Menos mal porque de otra forma tendría que haber alquilado un coche, no tengo palabras suficientes para agradecérselo. La maleta pesaba como un muerto, y no me extraña, la noche anterior tardé como media hora en cerrarla, y de la presión que tenía se abrió nada más llegar al aeropuerto, eso si, como llevaba una funda de neopreno puesta no se salió nada. Al ir a facturarla me dijeron que pesaba el doble de lo que debería, así que me tocó pagar un recargo de 100$, pero no me importó, España me esperaba y no me iba a amargar por 100$. La maleta iba ya abierta y pregunté al azafato si creía que iba a llegar bien a España y me dijo que el creía que sí, así que así mismo se fue para el avión. Tras un montón de horas de vuelo, con escala en Philadelphia, llegué a Barajas donde Laura y mis padres me esperaban. La maleta apareció, un poco más abierta que en San Francisco pero con todo dentro.
Y desde entonces no he parado, ha sido el bautizo de mi sobrino, me he pasado un mes de exámenes, el 90 cumpleaños de mi abuelo, mi propio cumpleaños, el de mi amigo Jose, el de mi padre, el de mi abuela...
La experiencia a sido genial, un país muy interesante donde he vivido experiencias increíbles he hecho buenos amigos y donde dejo a gente que ha sido en parte mi familia durante casi un año. No olvidaré este año lleno de viajes, aventuras, conocimientos y experiencias que puedo decir que me han cambiado para siempre.
Gracias a todos los que habéis seguido con interés mis aventuras en la costa oeste de Estados Unidos, espero que hayáis disfrutado con mis historias y reflexiones, nos vemos muy pronto. Besos para todos.
Josele